COMEMOS MAL. ¿PUBLICIDAD ACOSADORA O ANALFABETISMO NUTRICIONAL?

COMEMOS MAL. ¿PUBLICIDAD ACOSADORA

O ANALFABETISMO NUTRICIONAL?

 

Claudio Szymula

Profesor Nutrición. Facultad de Medicina. Universidad Nacional del Nordeste. Argentina.

Coordinador Programa de Obesidad. Instituto de Seguridad Social Chaco. Argentina.

Médico Consultor. Servicio Nutrición. Hospital Perrando. Resistencia, Chaco.

 

ANTECEDENTES.

El aumento de la prevalencia de obesidad en todo el mundo,constituye una verdadera pandemia, tal como lo afirman innumerables publicaciones (1), (2), (3), (4),constituyendo un importante problema de salud mundial, por afectar a 500 millones de personas en todo el mundo (1).

Solamente en los Estados Unidos el 35,7% de la población adulta (78 millones) y el 16,9% de los niños y adolescentes (12,5 millones) fueron consideraron obesos en 2009-2010 (2) y las cifras son más atas en 2019.

En Argentina se registra un aumento de la prevalencia del peso excesivo que pasó del 53 % en 2007 al 57 % en 2013, y no descendieron en el 2017, según encuestas de Ministerio de Salud Pública, mientras que los valores del 30,1 % en mujeres y del 26,7 % en varones, confirman en este país, el sostenido aumento del peso en poblaciones según publicaciones FAO y OPS de año 2017.

En la región nordeste del territorio argentino, nuestros datos registran el 55 % de exceso de peso en el 2001 (5) (6), mientras que en el año 2015, en ciudades de Resistencia y Corrientes, capitales de dos provincias dela misma zona, encontramos un 70 % de sobrepeso más obesidad en la población de 40 o más años de edad (5) (6).

A pesar que tradicionalmente se ha afirmado que el aumento de peso se debe a un balance positivo de energía debido a una mayor ingesta de alimentos densos en energía y a una disminución del gasto por actividad física, hoy aparecen diferentes hipótesis sobre otros presuntos factores presentes y asociados a obesidad, de índole genética (7), de programación fetal, cambios en la microbiota intestinal(8 – 12), virus (13), disruptores metabólicos (bisfenol entre otros), cesación tabáquica, medicamentos, dormir menos horas o mal (12) (14) (15) y / o polución sonora (16), según diversos estudios.

Pero sin dudar entre los principales implicados en la obesidad se cuenta la ingesta. Según encuestas del Ministerio de Salud de Argentina, el 50 % de los niños, consume dos o más porciones de bebidas azucaradas, con una ingesta en el país, de 131 litros de gaseosas per cápita por año y la adquisición de194 kilogramos de productos ultra procesados por añosegún las guías alimentarias argentinas 2015, visto en diversos reportes públicos del Ministerio de salud de Argentina).

Según nuestras encuestas alimentarias en nuestra región del nordeste argentino,el 80 % de los encuestados no ingiere diariamente alimentos densos en nutrientes, con un potencial de desarrollo de algún tipo de desnutrición subclínica,llamada oculta.

En el 2015, sólo uno de cada cuatro personas de esta región consumía hortalizas en forma diaria y sólo uno de cada tres individuos ingería leche todos los días; por otra parte, los alimentos más incorporados al organismo humano.

En diversas encuestas encontramos un alto consumo de alimentos ricos en azúcares, almidones y grasas, y bajos en alimentos densos en nutrientes. En el caso de las bebidas edulcoradas con azúcar se llegó 90 % de consumo (5) (6).

¿Cuales son las causas que explican este perfil de consumo?, indudablemente la educación, la oferta y la publicidad alimentaria, cumplen un papel fundamental.

Según las guías alimentarias argentinas 2015, los niños están expuestos a más de 60 publicidades semanales, resaltando nosotros que un cierto analfabetismo nutricional y una acosadora publicidad alimentaria, tienen impacto en la población de más bajos recursos intelectuales y económicos.

 

OBJETIVOS.

Nos planteamos como objetivos en esta ocasión, estudiar la relación del comer inadecuadamente con la educación alimentaria recibida y la publicidadde alimentos no saludables difundidaen dos ciudades capitales provinciales del nordeste argentino.

 

METODOLOGIA

Desde el año 2000 venimos haciendo varias encuestas alimentarias con estudiantes de las asignaturas de pregrado de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste, con sede la ciudad de Corrientes (5) (6).

La población estudiada en diversos trabajos correspondió a las poblaciones capitales de las provincias de Chaco y Corrientes, Resistencia y Corrientes respectivamente.

La muestrano fue aleatorizada, y los estudiantes de nutrición – encuestadores, han recabado datos antropométricos: peso,talla y perímetro abdominal, para luego calcular el índice masa corporal o IMC (peso en kg. / talla en metros al cuadrado).

Tomando en cuenta los valores OMS del IMC, se estableció la frecuencia de sobrepeso y obesidad en toda la población de estudio, y los datos obtenidos se agruparon según, edad, sexo, grado de instrucción, horas de sueño, consumo diario o no de alimentos y otros ítems.

Se estudió la ingesta de alimentos según tendencia de consumo semanal, preguntando si cada alimento fue ingerido: A diariamente, Bde manera casi diaria, C pocas veces en la semana, o D nunca. Los datos obtenidos se compararon con variables como sexo, edad, peso, obesidad, diabetes, horas de sueño, y otras alternativas.

Asimismo se ha preguntado a los encuestados si padecen diabetes, hipertensión y o hipercolesterolemia, con respuestas: no se, no, o si.

En otros trabajos se analizaron que alimentos son los más publicitados en los canales de aire de la capital nacional argentina; se interrogó también sobre los factores más frecuentes asociados a las ingestas, educativos, publicitarios, psicológicos, sociales y otros, como así también se preguntó sobre las clases educativas alimentarias recibidas a lo largo de la vida.

Se aplicó el chi 2 para establecer diferencias significativas entre los grupos estudiados.

 

INFLUENCIAS EN LA ALIMENTACION EN EL NORDESTE ARGENTINO, RESISTENCIA Y CORRIENTES.

Con estudiantes de Nutrición de la Facultad de Medicina encuestamos en el año 2016 a 5167 personas de las ciudades de Corrientes y Resistencia y otros centros urbanos de la región (17), a las que se les preguntó que puntaje o valorasignaban (escala de 5 a 1, de mayor a menor importancia), a las influencias sobre la manera de comer: costumbres, moda, publicidad, educación, economía, psicología, prevención, compañía, reuniones sociales, entre otros factores.Los porcentuales de la asignación delpuntaje más alto 5, fueron en costumbres 31.2, moda 2.8, publicidad 4.07, educación 12.7, economía 17.8, psicología 6.3, prevención 13.8, compañía 17.8, y reuniones sociales 19,1. El factor más influyente en la alimentación individual fue el de costumbres.

 

PERCEPCIONES DE LA CALIDAD DE ALIMENTOS.

También se inquirió a las personas del estudioque opinaban sobre los valores saludables que otorgaban a varios alimentos (18).

Se dividieron las opiniones en tres grupos según opiniones de alimentos muy necesarios (respuestas positivas),hasta en el otro extremo alimentos considerados no necesarios (respuestas negativas). Los resultados fueronrespectivamente:

GRUPO A.  Opiniones positivas altas, y opiniones negativas bajas.

PositivasNegativas

Agua           91,16 %        0,07 %

Leches        65,52 %        0,39 %.

Hortalizas    61,71 %       0,21 %.

Carnes        46,59 %        0,52  %.

GRUPO B   Opiniones positivas y negativas, ambas bajas.

Pan              8,06 %       6,25 %.

Fideos       16,62 %    2,13 %.

Aceite        12,23 %     7,73 %.

Azúcar         7,44  % 12,92 %.

GRUPO C    Opiniones positivas bajas, y opiniones negativas altas.

Bebidas azucaradas2,11 %     49,35 %

Sal                 6,93 %     25,73 %

En este caso y en el grupo A, agua, leches, hortalizas y carnes tenían muchas opiniones positivas, con escasas respuestas negativas sobre sus respectivos valores.

Los alimentos del grupo B (pan, fideos, aceite, azúcar), no fueron considerados muy saludables, pero tampoco tenían altos porcentajes de opiniones negativas.

Finalmente, en el grupo C, las opiniones saludables fueron bajas y las negativas altas (sal y bebidas edulcoradas con azúcar).

 

RELACION PERCEPCIONES DE LA CALIDAD Y CONSUMO DE ALIMENTOS.

Correlacionamos las percepciones de la calidad de los alimentos con el consumo real de los alimentos (18).

El 61 % de los encuestados opinó que las hortalizas son muy buenos alimentos (18), pero sólo el 24 % las consume diariamente (6).

El 65 % de las personas estudiadas consideró que la leche es un muy buen

alimento (18), pero sólo el 35 % las consume diariamente (6).
Sólo el 2 % de la gente sugirió que las bebidas azucaradas son buenas

bebidas (18), pero el 85 % las consume (6).

Aquí observamos una cierta incongruencia, se ingieren alimentos considerados no buenos, y no se incorporan alimentos sugeridos a priori como buenos.

 

 

 

COMERCIOS DE ALIMENTOS DENSOS EN ENERGIA.

En otra encuesta observamos que en el centro de la ciudad de Corrientes, 91 comercios vendían alimentos densos en nutrientes (15.8 %), y 575 comercializaban alimentos ricos en energía, azúcares, grasas, u otros, no se incluyó a supermercados en este estudio. (5)(6) (19).

Hay trabajos que refieren que hay más obesidad en zonas con comercios de alimentos no saludables. Para tratar de disminuir la prevalencia de la obesidad, el Centro de Control de Enfermedades Crónicas, CDC de EEUU, recomienda entre otras medidas poblacionales, las de promover aumentar la instalación de comercios de alimentos más saludables (5) (6).

 

MOMENTO DE COMPRA DE ALIMENTOS.

También observamos que el 84,1 % de las compras de alimentos se hacen antes de comer(5) (6) (20).  Hay gente que plantea que se come más según la hora de compra de alimentos,por lo que se debería recomendar adquirir alimentos, después de comer.

 

PUBLICIDADES ALIMENTARIAS EN CANALES DE TV.

En otro momento estudiamos el número de publicidades alimentarias en canales de aire de la capital argentina. (5) (6) (21), apreciándose los siguientes resultados

Azúcares                                 60     38,2 %

Bebidas                                  45     28,6 %

Almidones                             17     11,1 %

Grasos                                    07       4,4 %

Proteicos                                19     12,1 %

Vegetales elaborados         05        3,1 %    

Vegetales                                0       0,0 %

Frutas                                      0       0,0 % 

Para nosotros sólo un 15,2 % de las publicidades alimentarias, correspondieron a alimentos no saludables (21), y no hubo para nada, publicidades de hortalizas y frutas.

 

EDUCACION ALIMENTARIA

En otra de nuestras encuestas (no publicadas) un 60 % de la gente estudiada, sólo recibió una o dos clases alimentarias en toda su vida, por lo que llegamos a la conclusión que la mayoría de la gente no tiene adecuada información nutricional.

 

DISMINUCION DE CONSUMO DE BEBIDAS AZUCARADAS

Estudiantes de Nutrición de 2º y 4º año de medicina, Corrientes, UNNE, disminuyeron o suprimieron en un 70 %, el consumo de bebidas azucaradas, después de cursar cada una de esas materias en 4 meses, con reiteraciones de mensajes de alimentos y bebidas saludables. Con estos datos, con los resultados que vemos empíricamente en las reuniones grupales de obesidad, y con los cursos en la universidad para la población, mucha gente va cambiando sus hábitos alimentarios, y eso dependería del número de clases o sesiones y de la insistencia en los consejos con base académica. Cuando se habla de las propiedades negativas para la salud por parte de las bebidas azucaradas en base a centeneras de artículos científicos, mucha gente va cambiando de opiniones y disminuye la ingesta de estas bebidas para nada saludables. Pero, ¿a cuántos le llega la información científica y verdadera sobre alimentos y bebidas?, indudablemente que a pocos, y,¿a cuántos les llega la publicidad de estas bebidas azucaradas?, a la gran mayoría de la población; por lo tanto, ¿prevalecería la publicidad por sobre la ciencia?

 

COMENTARIOS.                                                                                                                    

Muchos autores hablan de un balance positivo de energía como un factor asociado a la obesidad y en un trabajo reciente (22) se sugiere que no siempre se pierde peso con una alimentación con un balance calórico negativo, y los autores plantean que habría una compensación fisiológica a la reducción voluntaria de ingesta energética para intentar perder peso, con una disminución del gasto calórico basal o involuntario.

¿Por qué se come mal y de la manera como hemos hablado? Según nuestros datos se come en primer lugar por costumbres, y luego por reuniones sociales, economía y compañía (17).

En otra encuesta (18), preguntamos que opinión personal tenían sobre los alimentos y los mejores considerados fueron agua, leche, hortalizas y carnes, y la peor imagen la tuvieron: bebidas edulcoradas con azúcar y sal.  Sin embargo, se consume poco a los que tienen buena imagen saludable, como hortalizas y leches, y se ingieren en grandes cantidades alimentos con imagen negativa como bebidas azucaradas y sal

(5)(6).

Hay coincidencias en el número de comercios con alimentos para nosotros no saludables y publicidades televisivas de productos no de los mejores(5) (6) (19) (21)).

En más de la mitad de los productos comercializados en España por TV para niños,se hicieron alguna declaración nutricional, pero la mayoría de ellos no fueron productos muy saludables, confundiendo en alto grado alos consumidores españoles. (23).  También se induce a errores entre consumidores, la publicidad de productos alimentarios y bebidas publicitados en 80 horas de TV en 4 canales (24), y además, no se cumplen las normas de regulación europea sobre declaraciones de propiedades saludables de nutrientes, combinados con perfiles de nutrientes menos saludables.

La publicidad de alimentos en línea y en TV, ejerció una mayor influencia en el consumo de alimentos de los niños que la TV solamente. La exposición a la publicidad de alimentos poco saludables, contribuye a una mayor ingesta energética, lo que puede contribuir al desarrollo de sobrepeso (25).

Bowland encuentra en un metanálisisque hay un efecto pequeño a moderado de la publicidad sobre el consumo de alimentos, con una mayor ingesta después de la exposición a la misma. El autor señala que Salud Pública debe tomar medidas para reducir la exposición a la publicidad alimentaria en niños (26), (28).

La mayoría de alimentos y bebidas anunciadas en la TV de México no cumplen con los stándares de calidad nutricional, 64,3 %, según otra investigación (27).

Rovirosa en Argentina informa que los alimentos más publicitados son: bebidas 24,6 % (coincidimos nosotros con nuestros datos), chocolate y azúcar 19,7 %, pastelería y galletitas 12,0 % (29).

La mitad de las publicidades comerciales en TV en España fueron productos no saludables, la que aumenta a los dos tercios en horas de protección al menor. La publicidad de productos de baja calidad nutricional debe ser restringida, sugieren los autores (30).

Sadeghirad, en un metanálisis con 29 estudios comprueba que los niños expuestos a una comercialización dietética poco saludable, la ingesta alimentaria aumentó significativamente durante o poco después de la exposición a los anuncios (31), lo que debería ser revertido.

La publicidad de alimentos en línea y en televisión ejerció una mayor influencia en el consumo de alimentos de los niños que la realizada sólo en TV. La exposición a la publicidad de alimentos poco saludables, contribuye a una mayor ingesta energética, lo que puede contribuir al desarrollo de sobrepeso, insiste Norman en otro trabajo (32).

Según Emond. la publicidad de comida rápida para niños, puede mitigar el efecto protector de un menor consumo de estas comidas por parte de los padres (33).

La exposición a corto plazo a la publicidad de alimentos pocos saludables en TV, aumenta el consumo inmediato en calorías (34), por otra parte, Lioutas plantea que la publicidad de alimentos modifica el comportamiento del consumidor de los niños de cuatro modos diferentes (35).

Los niños de Grecia están expuestos a un gran volumen de anuncios de alimentos y bebidas poco saludables, en estos casos se usan técnicas persuasivas que afectan a las preferencias y a los consumos de alimentos en niños. Cabe citar que hay anuncios de alimentos en TV en una cantidad de 8 por hora, con 1330 anuncios de alimentos, de los que, 595 no son saludables (36).

La mayoría de los anuncios no corresponden a alimentos saludables, pues según Li, de 5.527 anuncios alimentarios en China, el 25 % corresponde a alimentos, y de este total, el 48,1 % se considera no saludable, se hacen 6 anuncios por hora y hay técnicas de marketing para convencer a los televidentes, y por todo lo dicho se sugiere que hay que regular la publicidad (37).

Cauchi analizó la publicidad alimentaria en 7 canales, 7 días, de 7 a 22 horas. La relación de alimentos no saludables vs saludables fue de 52 vs 44 %, por lo tanto el autor plantea que debe haber regulación de la publicidad en TV en Malta en alimentos ricos en grasas, azúcares y sal (38.

En otro estudio se precisa que se publicitan alimentos no esenciales (39) y más o menos se coincide con muchos otros trabajos y en otra investigación se registraron 2021 anuncios, de los cuales el 25,5 % alimentos, la mayoría de ellos fueron para alimentos no saludables (40).

Vilaro concluye que la mayoría de los anuncios relacionados con alimentos representan productos poco saludables y la autorregulación de la industria alimentaria puede ser poco efectiva (41) sosteniéndose la misma no es efectiva para proteger a los niños de la exposición en TV a alimentos poco saludables, por lo que el modelo de perfiles de OMS debería usarse para restringir la publicidad de alimentos poco saludables en niños (42).

En otro paperse afirma que aumentó la publicidad para niños de alimentos y el sistema de autorregulación no protege a los niños de la comercialización de alimentos con altos contenidos de grasas, azúcares y sal en TV (43)y se informa en otra investigación que la mayoría de alimentos publicitados en la TV de Canadá (44), no son saludables.

Los niños argentinos están expuestos a una gran cantidad de anuncios de productos procesados en la TV. Los principales alimentos son postres, lácteos bebidas azucaradas, comidas rápidas y bocados salados.  El gobierno debe tomar medidas según Allemandi (45).

Según nuestros trabajos vemos que la publicidad alimentaria no saludable es mucha,(5) (6) (21), y dicho ahora muy subjetivamente, ¿no habría un verdadero acoso publicitario?

Oliver Deschutter (46), relator especial de las Naciones Unidas, dice que se gasta 8.500 millones de dólares en publicidad de alimentos grasos y azucaradas, mientras que el gobierno de USA, invierte sólo 44 millones en educación alimentaria, y agrega que “los gobiernos delegan en las empresas alimentarias el tomar decisiones sobre que comer”.

Se crearon los perfiles alimentarios de la OMS, de Australia, de la UE, de Gran Bretaña, como así también el de Francia como el SAIN LIM (47), y según estos perfiles, muchos alimentos no serían declarados como saludables y tampoco serían recomendados para ser publicitados.

¿Se puede hacer algo más? Si, educar, aunque muchos no estén de acuerdo.

Hay autores que hablan de educación alimentaria y de cambios de conducta (48 – 54).

Entre nuestros encuestados la mayoría no recibió educación alimentaria,  ¿no hay un verdadero analfabetismo nutricional?  Y no vemos muchos trabajos relacionados con educación alimentaria para contrarrestar la influencia de la publicidad en la alimentación.

En una investigación de Visiedo, un 66 % de estudios revisados observó cambios en conocimientos y hábitos alimentarios en los programas con aumentos de la actividad física, con educación y valoración nutricional (48), mientras que en una revisión de 813 artículos de Avila, hubo efectos positivos con educación en hábitos alimentarios como la ingesta de frutas (49).

Se incluye a la educación en el programa español de obesidad NAOS, como un componente importante en estrategias en el tratamiento de la obesidad (50), y se habla de la necesidad de educar alimentariamente a profesores, alumnos y padres para educar, escoger mejores alimentos y más saludables y comer más saludable (51).

La educación nutricional promueve procesos de importantes cambios y desarrollo comunitario (52).

La escuela de Salud Pública de Harvard recomienda a la educación alimentaria (5) (6) entre otrasmedidas publicitarias, comerciales e impuestos para lograr cambios positivosen las ingestas y en la web se puede acceder a estas propuestas. En cambio, el Centro de Control de Enfermedades Crónicas CDC en Atlanta, en sus 24 propuestas para lograr que la gente coma mejor, no habla de educación (5) (6).

Taylor (53) y Gibbs (54), sugieren alfabetización nutricional.

Las guías alimentarias, entre muchas otras, Argentina 2015, USA 2015, la dieta Nórdica o los consejos sobre el 10 TTT de Gran Bretaña, recomiendan ingerir ciertos alimentos, por lo que se deduce que hay que difundir sus sugerencias, hay que educar de alguna manera sobre sus contenidos; estas guías necesitan de educación sino, ¿cómo se harían conocer?, no nacieron para estar ocultas, y no hay recursos para publicitarlas como los productos alimentarios.

Explicando reiterativamente los problemas de salud a que lleva el consumo de bebidas endulzadas (55 – 60) se logran cambios de conductas alimentaria, y lo mismo cabe decir con los demás alimentos, por lo que no cabe dudas, es necesario educar

Se intentan medidas impositivas a alimentos, entre ellos a las bebidas azucaradas (60) y las ventas de este tipo de bebidas han disminuido con el aumento de impuestos y el consumo disminuye, aunque no en todas las bebidas y grupos de personas (12). Acton(62) sostiene quecon más impuestos a bebidas no saludables, se mejora la salud. Con impuestos a las bebidas azucaradas en Filadelfia, aumentaron los precios, decrecieron las ventas y disminuyó el consumo (63).

Nose educa habitualmente a comer sano en las escuelas, entonces cabe la pregunta, ¿donde aprenderemos a comer sano?La publicidad influye negativamente en la salud y por otra parte cabe preguntar, los alimentos procesados y ultra procesados, ¿cómo se impusieron?, la respuesta es obvia, mucha publicidad. ¿Por qué no contrarrestar esa influencia masiva con educación masiva?

Nosotros realizamos educación alimentaria para la población en el servicio de Nutrición del Hospital Perrando de Resistencia Chaco, en los Programas de Diabetes (Chaco),(65),  Obesidad (Instituto de Seguridad Social del Chaco, Diabetes (también de esta última entidad), en la Universidad del Nordeste y en la Facultad de Medicina, y en entidades de personas con diabetes. En este campo incluimos, cursos, conferencias, debates y talleres. Y nuestra observación clínica es que hay cambios de conductas alimentarias con la reiteración de consejos nutricionales.

Se educa poco alimentariamente, y menos masivamente en las escuelas y en los centros asistenciales.

Debemos comer sano pese a no poder perder peso siempre, como para tener una mejor salud. Debemos comer sano, pese a que desafortunadamente, las adaptaciones fisiológicas a la pérdida de peso favorecen la recuperación del peso.Los cambios incluyen perturbaciones en los niveles de hormonas relacionadas con el apetito circulante y la homeostasis energética, además de alteraciones en el metabolismo de los nutrientes y el apetito subjetivo(64).

Asimismo se habla mucho de los rótulos nutricionales y las advertencias saludables, pero ¿que sabe la gente sobre estos temas? ¿Sirven rótulos y advertencias sin educación? (66).

¿Y como no difundir masivamente lo que plantea Willet en Alimentos Planeta salud? (67).

Debemos comer sano siempre.

Y hay que tomar medidas, ¿impositivas? ¿publicitarias?, si seguro.

Habría que regular la publicidad, pero los intereses comerciales son mucho más poderosos que los recursos sanitarios y los estatales. Las naciones tienen el poder y las herramientas en educar masivamente, ¿habría que apelar a estas medidas?, creemos que si, aunque no haya muchas evidencias aún de las ventajas de intervenir educativamente versus actuar publicitariamente.

Pero no nos queda duda alguna es que demos educar masivamente.

 

CONCLUSIONES.

  • Hay mucha publicidad alimentaria, demasiada quizás, y tal vez acosadora.
  • Hay poca educación alimentaria, eso es indudable, hay un verdadero analfabetismo nutricional.
  • La influencia de la publicidad sobre una mala alimentación, es mucha.
  • Habría que regular la publicidad, ¿se puede?
  • Hay que educar más, y masivamente, sin duda alguna.
  • Se necesitan más estudios que comparan los efectos de la publicidad y la educación en la alimentación.

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  5. Implementación de un modelo de capacitación multimedial para brindar orientación alimentaria a los beneficiarios de un programa de ayuda social en México. Amaya Castellanos MA. GlobHealthPromot. 2018
  6. La alfabetización en nutrición predice la adherencia a patrones de dieta saludable en adultos con una condición crónica relacionada con la salud. Taylor MK. Salud Pública Nutr, 2017
  7. El instrumento de evaluación de la evaluación nutricional es una medida válida y confiable de la alfabetización nutricional en adultos con enfermedades crónicas. Gibbs HD. J NutrEducBehav 2018.
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  10. Una política integral para reducir las bebidas de azúcar para prolongar la vida. Kokubo Y. EnviromHealthPrevMed 2019.
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  3. çGuía de Rotulado para Alimentos Envasados. Documento de la Subsecretaría de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria de la Nación. alimentosargentinos.gob.ar
  4. Alimentos Planeta Salud. EAT. Walter Willet. thelancet.com/commissions/EAT

 

 

 

 

 

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